Ponte en mi lugar

Redacción 14-6-2019

Los sucesos acaecidos a lo largo de este año son una muestra de los graves problemas de atención y trato en algunos centros residenciales para personas mayores en situación de dependencia. Ante estos hechos la conmemoración del día 15 cobra especial relevancia, en tanto que ayuda a dar visibilidad y crear conciencia sobre esta problemática muchas veces oculta y cada vez más presente en nuestra sociedad.

Una realidad que genera un profundo malestar y desconfianza en nuestro entorno sobre el funcionamiento de los sistemas de atención dirigidos a la población mayor más vulnerable, y que siembra un sentimiento de decepción e impotencia entre las personas afectadas, sus familias, expertos y profesionales que observan escasos avances para que la defensa de los derechos humanos básicos sea preservada.

(Un vídeo para visibilizar las situaciones de desamparo y abandono. Enlace al Vídeo “El Parking”: https://vimeo.com/341821060 Contraseña: Matia2019Matia)

Sirva de ejemplo este vídeo que presentamos hoy titulado “Parking”, en el que se recrea una situación que se produce en los centros con relativa frecuencia, mostrando el desamparo y posible abandono en que se encuentran muchas personas que viven en este tipo de recursos asistenciales. Es la viva imagen de la soledad social, cuando la persona se siente aislada viviendo rodeada de otras personas.

Imaginemos a Ana, 85 años y un deterioro cognitivo grave, ocho horas sentada en una silla, sin hablar con nadie, frente a un televisor o mirando una pared, con personas que pasan a su lado sin prestarla demasiada atención, que mientras la “acompañan” van mirando el móvil. Hablan de ella, delante de ella, pero sin ella.  En el fondo la creencia generalizada del “no se entera”, solo es un cuerpo… Si vemos a las personas como muebles, lógicamente las trataremos como muebles.

Estas situaciones se producen también en los entornos domésticos, con matizaciones y contextos cotidianos diferentes: cuidadoras familiares o profesionales excesivamente cansadas, presionadas, con sentimientos de aislamiento y abandono frecuentes, falta de conocimiento sobre los cuidados que deben realizar, ambientes carenciales de todo tipo, barreras arquitectónicas que dificultan o impiden el cuidado y un sinfín de circunstancias que promueven un trato seguramente no deseado por las mismas personas que lo realizan y que se perciben culpables y cautivas de una perversa espiral de la que a veces es muy difícil salir.

Son los poderes públicos en primer lugar los que pueden y deben asegurar unas condiciones adecuadas para el cuidado que garanticen la seguridad y el bienestar de todas las personas implicadas en este proceso. Entre ellas, unas condiciones laborales dignas y un modelo de producción que haga posible conciliar la vida laboral y familiar.

El mundo de la vejez, circunscrito en este caso a personas muy mayores en su mayoría y que necesitan ayuda en su vida cotidiana, necesita afrontar de una vez por todas ese deseado cambio cultural que sitúa en el lugar que le corresponde la dignidad de estas personas, su proyecto de vida, sus deseos y preferencias y su seguridad. Para avanzar en este proceso reivindicamos la importancia de trabajar desde la perspectiva del buen trato, de la mejora de nuestro acercamiento cotidiano, profesional y personal a personas que sufren.

Esta cultura del buen trato puede inspirar y dirigir acciones individuales de personalización permanente en el marco de un mundo de relaciones colectivas que se generan especialmente en centros residenciales. Sin duda es un proceso complejo, lento, que conlleva reflexión personal y colectiva de carácter ético, que requiere acompañamiento para avanzar en otra forma de acercarnos a  personas con escasa capacidad de comunicación y decisión desde el respeto a la singularidad, a la historia personal y a su dignidad.

En definitiva, este cambio cultural hacia un modelo de relación centrado en las personas (mayores, familias, profesionales) requiere un sólido y decidido compromiso personal, social, ciudadano y público que nos ayude a eliminar esta gran lacra que debería avergonzarnos como sociedad. Y es que no se puede tolerar ni un día más la vulneración de los derechos básicos de las personas, cualquiera que sea su edad.

Dentro de este marco, en 2018 publicamos el vídeo “Lo mejor para ella” en la que representamos la necesidad de mantener la capacidad de decisión de las Personas Mayores y no decidir por ellos. Otra forma de no buen trato que se repite de manera continuada en nuestra sociedad.  https://www.youtube.com/watch?v=ytbMEy9cNbU

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