La doctora María José Manzanera, de emeis (residencias Bouco) explica cómo vigilar que los mayores permanezcan hidratados y explica los síntomas a vigilar: “los mayores regulan peor su temperatura y pierden sensación de sed, por lo que pueden no beber lo suficiente”
Redacción 8-7-2025
Las recomendaciones de los profesionales de la AEMET y de los servicios sanitarios inciden siempre en la necesidad de proteger de los efectos nocivos del calor a personas con dolencias graves, a niños y a mayores. Estos últimos suelen contarse cada verano entre las personas más afectadas por las olas de calor extremo que atraviesan la Península Ibérica en julio y agosto. Ahora también desde el mismo mes de junio, cuando aún no ha entrado la estación propiamente dicha. Pero, ¿por qué son los mayores de 65 años más vulnerables a los termómetros veraniegos? Para María José Manzanera, doctora de emeis, grupo referente de la atención a personas mayores con las residencias Bouco, se pueden señalar tres motivos fundamentales.
El primero tiene que ver con el deterioro de los mecanismos de regulación térmica, lo que lleva a una disminución de la sudoración y de la sensación de sed. La doctora Manzanera señala que a edades avanzadas “se suda menos porque la capacidad de vasodilatación tiende a estar disminuida”.
El segundo factor, señala esta médico, es que“además que se bebe menos, porque al tener una dieta baja en sal, la persona no siente tanta sed, y, por lo tanto,puede no hidratarse lo suficiente”. Por último, los mayores tienen “menor movilidad y autonomía, por lo que el acceso al agua determina su capacidad de rehidratación”, recuerda Manzanera.
La doctora recuerda que en estas franjas de edad se padecen enfermedades crónicas cardíacas, renales y de otra índole que, por ellas mismas o por los tratamientos que de ellas se derivan, condicionan la posibilidad de sufrir efectos asociados a la deshidratación. Síntomas que avisan de deshidratación en personas mayores En todos los casos, ya sean mayores sanos o con dolencias, es preciso estar alerta ante una serie de síntomas para preservar a los mayores del calor, máxime si este es extremo. Así, la doctora María José Manzanera recomienda vigilar los siguiente síntomas de deshidratación:
Sensación de sed, boca seca o pegajosa. Disminución de la frecuencia al orinar, orina concentrada. Sequedad en la piel. Dolor de cabeza. Aumento de la frecuencia cardiaca. Hipotensión. Espasmos musculares. Delirio. Ojos hundidos
Por supuesto, la nutrición es una de las herramientas clave para mantener los niveles hídricos adecuados. Los familiares al cargo de personas mayores o el personal de las residencias de mayores deben estar atentos para mantener una nutrición e hidratación adecuadas en este grupo de edad durante el calor. Los entornos asistidos como las residencias de mayores, por ejemplo cuentan con protocolos especiales durante la temporada de calor.En las residencias Bouco, por ejemplo, cuenta la doctora, “el equipo presta especial atención al estado nutricional de nuestros residentes. La dieta está supervisada por profesionales en nutrición y se adapta de manera individual a cada residente, según sus necesidades y capacidades. Utilizamos productos de proximidad y en época estival,verduras y frutas de temporada. Apostamos por platos con alto contenido de agua y electrolitos que favorezca la hidratación manteniendo el sabor y cuidando la presentación”.
Con respecto a la actividad en verano, los centros de esta firma mantienen las actividades modificando las horas en las que se usan los espacios exteriores (primera hora de la mañana y última hora de la tarde) y adaptando los ejercicios en gimnasio para no generar fatiga.Protocolo antiolas de calor en las residencias de mayores. Como es natural, además de los cambios horarios, la vigilancia y la nutrición específica, en las residencias Bouco se activa un protocolo específico para los días de temperaturas extremas, atendiendo a las alertas de cada comunidad.