“La solución a la soledad no consiste en pagar a alguien para que haga compañía”

I. Díaz/ 25-6-2019

Mayte Sancho lucha por visibilizar el problema de la soledad.  En esta entrevista, la experta en gerontología social y presidenta del patronato de la ONG Grandes Amigos, apunta a proyectos de voluntariado abiertos a la participación de personas de cualquier edad, o de relaciones vecinales o comunitarias, como  una forma saludable y enriquecedora de prevenir y paliar la soledad de las personas mayores

¿ Cuál es el perfil de la mujer sola?

Las personas mayores cada vez son más diversas y ya no responden a un perfil determinado y mucho menos al rol pasivo y sumiso que la sociedad le ha venido adjudicando. La soledad, que no es algo exclusivo de personas mayores, afecta cada día a perfiles y edades más diversas. Y, dentro de esa diversidad, sí habría que hacer especial hincapié en la situación de riesgo de soledad de las cerca de 400.000 mujeres de 84 años o más que viven solas en  España, muchas de ellas viudas o sin lazos afectivos, ni familiares ni vecinales, con bajos recursos económicos, con una o varias enfermedades crónicas, con dificultades de movilidad e incluso viviendo en casas no accesibles (como un 4º sin ascensor). La combinación de estos factores se convierte en factor de riesgo que exige intervención coordinada de los servicios públicos y de la accion voluntaria y comunitaria.

La solución,  apunta Vd, está en crear redes de apoyo ¿cuáles serían  estas redes?.

Las redes sociales sin duda son una via muy importante para paliar soledades y construir sociedad, pero no son las únicas.No hay suficiente evidencia como para poder afirmar que esta es la gran solución. Volvemos a los perfiles, a la diversidad de rasgos de personalidad y la búsqueda de soluciones adaptadas y personalizadas.

Dicho esto, las redes más cercanas, que pueden ser proyectos de voluntariado abiertas a la participación de personas de cualquier edad, o de relaciones vecinales o comunitarias, como los que promovemos desde la ONG Grandes Amigos, son una forma saludable y enriquecedora de prevenir y paliar la soledad de las personas mayores y a su vez de prevenir la soledad entre las personas que participan como voluntarias. En una sociedad cada vez más individualista, impersonal e incomunicada, tenemos que volver a tejer las relaciones vecinales de toda la vida, a relacionarnos sin complejos, con confianza, con quien nos rodea y sin tener en cuenta su edad. El involucrarse en este tipo de redes ayuda a mejorar la situación de personas mayores, pero también ayuda a uno mismo a mirar sin miedos al envejecimiento, una etapa de la que nadie quiere hablar pero a la que sin embargo todos aspiramos a llegar. A su vez contribuye a desestigmatizar la soledad, un sentimiento subjetivo que todos deberíamos aprender a gestionar, pues en algún momento de nuestras vidas nos enfrentaremos, de manera que sepamos disfrutar de los momentos de soledad elegida y a evitar los efectos de la soledad no deseada.

Detectar a los vecinos que viven solos parecer ser una de las prioridades.  ¿Cómo y con quién se debería de articular esta red?

La soledad, como fenómeno global que ya es, también requiere una respuesta global, remando juntos todos los actores de la sociedad: administraciones públicas, privadas, organizaciones especializadas como Grandes Amigos, y ciudadanía. En Grandes Amigos lo venimos demostrando desde hace 15 años al trabajar en coordinación con los Servicios Sociales de los ayuntamientos: cuando detectan un posible caso de soledad no deseada, a esa persona mayor se le ofrecen nuestros recursos, de manera que, si los requiere, podamos ir a conocerla, identificar sus necesidades afectivas, conocer su contexto, saber sus preferencias y adaptarnos para aportarle la mejor respuesta en cada caso. El papel de las administraciones públicas, apoyando y facilitando la labor de entidades como la nuestra, es muy importante. Pero también implicamos a la iniciativa privada, cada vez más consciente del papel que pueden jugar en la vida de las personas mayores del entorno donde operan, bien apoyando económicamente o bien involucrando directamente a sus empleados en nuestros programas de voluntariado, extendiendo el compromiso con las personas mayores. Del mismo modo que las pequeñas empresas, especialmente los establecimientos de los barrios, también pueden ser grandes aliados en la detección de nuevos casos de soledad en mayores. De hecho, en Grandes Amigos participamos en el proyecto piloto que puso en marcha el Ayuntamiento de Madrid en los barrios de Trafalgar y Almenara con el objetivo de prevenir a través de redes vecinales en las que participan desde vecinos a comercios como farmacias. Y, por supuesto, la propia ciudadanía es fundamental, participando mediante el voluntariado o apoyando iniciativas no lucrativas dirigidas a paliar la soledad no deseada.

–  La voluntad política es imprescindible para paliar esta compleja situación…

Sin duda. La solución a la soledad no consiste en pagar a alguien para que haga compañía, aunque lo subvencionaran las administraciones públicas, ya que la única solución pasa por regenerar los vínculos afectivos que la persona mayor ha ido perdiendo a través de relaciones de amistad real, auténtica, de carne y hueso y sin contraprestaciones. Pero el impulso y la voluntad política son imprescindibles para que las organizaciones que generamos esas redes de afecto y amistad logremos atender a todas las personas mayores que se sienten solas. Así, por ejemplo, en países donde ya se han articulado planes y estrategias contra la soledad no deseada, como Reino Unido, una buena parte de los fondos previstos se van a destinar al desarrollo de programas de acompañamiento, vecindad y socialización que realizan este tipo de organizaciones.

En los próximos años,  los mayores tendrán un impulso y una actividad importantes. ¿Cómo puede encajar la soledad en este nuevo  perfil?

En menos de 50 años, se estima que 1 de cada 3 españoles tendrá más de 65 años. Para empezar no tendría mucho sentido que la sociedad siguiera dando la espalda y estereotipando a un tercio de la sociedad, tal como ocurre hoy en día. Esta situación ya no es aceptada por las personas mayores de hoy, que presentan perfiles más diversos, exigentes, cualificados y participativos que hace unas generaciones. Es decir, la sociedad va a tener que aceptar el papel protagonista y activo que vienen reclamando ya las personas mayores. Todo ello no quita para que tengamos que aprender a gestionar la soledad, tanto la deseada como la no elegida, siendo conscientes de que nos encaminamos a una sociedad más individualista e impersonal, y de que la soledad afecta a cualquier edad.

Creo que la alarma social que se está generando en torno a la soledad no favorece su afrontamiento desde la realidad que vivimos. También encubre otras situaciones, cercanas a la exclusión social, el aislamiento y la pobreza. Estas situaciones requieren otras respuestas añadidas.

Iniciativas de Grandes Amigos

En Grandes Amigos queremos potenciar precisamente este enfoque transversal y global de la soledad. Queremos potenciar el modelo de voluntariado que veníamos aplicando, vecinal, horizontal, participativo…, donde cada vez tienen un papel más importante los equipos de acción de los barrios, equipos formados por las distintas personas que participan en el proyecto y dinamizan actividades de socialización en grupo en el barrio o distrito al que pertenecen. En concreto llevamos a cabo el programa de acompañamiento afectivo en domicilio o residencias, donde una persona mayor es acompañada cada semana por la misma persona voluntaria que viva en su misma zona, con la que acaba tejiendo una relación de amistad recíproca que beneficia a ambos. Esa relación de dos la complementamos con actividades de ocio y socialización (meriendas, fiestas, salidas culturales…), que ayudan a ampliar el círculo de amistad de la persona mayor y a generar redes vecinales. En ese sentido contamos con un proyecto específico que se llama Grandes Vecinos, más dirigido a la prevención, donde ponemos en contacto a la persona mayor con 3 o 4 vecinos de su mismo barrio para que se relacionen entre ellos y con otros participantes. Además, trabajamos en la sensibilización para empoderar a las personas mayores frente a los estereotipos de edad y la infantilización de las personas mayores. Este asunto, la discriminación y los estereotipos necesitan posicionamientos y acción para erradicarlos. Por fortuna, somos las propias personas que envejecemos las que no vamos a tolerar más este trato.

 

 

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