Aspectos sociológicos del COVID-19

Redacción 18-6-2020

Esta pregunta puede resultar inoportuna y desubicada, en un momento en que corremos “como alma que lleva el diablo” a las terrazas. En marzo nuestras vidas dieron un vuelco, que ironía, porque el cambio vino al parar: parar rutinas, costumbres y sinergias, muchas de ellas algo perversas, afirma la socióloga Alicia Aradilla

La Covid-19 ha sido un recordatorio en nuestras agendas de básicos: salud, la familia, hogar…Hemos vivido en experiencia directa el famoso dicho: “3 cosas hay en la vida: salud, dinero y amor”.

En conversaciones informales con personas en distintas situaciones a las que he preguntado ¿qué añoras del confinamiento? respondieron:“Añoro pasar tiempo con mis hijos”; “añoro dedicarme tiempo”; “añoro el contacto cotidiano con mis padres, aunque no los viera”; “añoro seguir con aquella lista de acciones que siempre quedaban atrás”; “añoro pasar tiempo con mi pareja”

La sensación de miedo ha cambiado de dirección, los primeros días era miedo a ¿Qué pasará? Y ahora, paradójicamente es miedo a ¿Qué dejara de pasar?

A la experiencia del confinamiento podemos ponerle infinidad de etiquetas en nuestro recuerdo. Algunas serán más útiles que otras y por supuesto, serán un claro indicador del nivel de inteligencia emocional de cada persona.

Las personas sin una sola respuesta a esta pregunta, porque han etiquetado el confinamiento de trauma absoluto, les será muy dificultoso (logísticamente) y muy doloroso (emocionalmente) continuar sus vidas, en las que tenemos desescaladas, investigación para vacunas, mascarillas para la calle, riesgo de nuevo confinamiento. No es necesario que lo vivan, simplemente al pensarlo, ya sienten emociones aflictivas que los dominan. ¡Cuánto sufrimiento por no saber ver lo valioso de cada experiencia de vida!

Hemos vivido una situación externa similar, pero la gestión interna será muy distinta en cada persona, indica la socióloga.

Descubre las 10 claves de la socióloga Alicia Aradilla para que el confinamiento sea un recurso para afrontar el futuro:

1.- Saborear la vida en cada momento, alejándonos del dicho “para saber, perder”

2.- Identificar que cuando se añora algo o a alguien,  implica que hizo una aportación valiosa a tu vida.

3.- Otorgar a la sensación de añoranza el valor que tiene, más allá de que al principio sea algo incómodo y ponerlo al servicio de nuestro bienestar.

4.- Recordar la definición sociológica de Felicidad como “el disfrute subjetivo de la realidad” que nos da la posibilidad de sentirnos tan felices como decidamos. ¡Eso sí! Para saberlo hacer es imprescindible una buena inteligencia emocional.

5.- Recordar que la inteligencia emocional es en parte innata y en una proporción más relevante: se aprende, se entrena y se desarrolla.

6.- Hacer una lista de las añoranzas del confinamiento dará fuerza y motivación al propósito de vida de cada persona.

7.- Recordar que el propósito de vida, da sentido a la vida, por tanto. Podemos convertirlo en una fuente inagotable de felicidad y bienestar.

8.- Reflexionar íntimamente sobre la lista de añoranzas del confinamiento aportará una información muy reveladora de tus patrones mentales.

9.- Identificar patrones mentales aporta consciencia sobre nuestro lenguaje.

10.- Tomar consciencia de nuestro lenguaje nos devuelve las riendas de nuestra vida.

 Atrévete a preguntarte ¿Qué añoro del confinamiento?, porque esas respuestas eliminarán muchas preguntas, que hoy por hoy, sólo generaran ansiedad

 

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