Doce meses de una pandemia que ha provocado un gran cambio

Profesionales de Sanitas y residentes cuentan cómo han vivido este duro año

Redacción 10-3-2021

El 11 de marzo se cumple un año de la declaración de pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A lo largo de estos 12 meses son muchas las experiencias vividas y las lecciones aprendidas. La COVID-19 ha provocado un enorme cambio en la sociedad. Los ciudadanos han tenido que adaptarse a estrictas medidas de seguridad y distanciamiento. En muchos casos, se trata de medidas muy duras, que implican poner distancia entre familiares y amigos, el cierre de negocios, o la carga física y mental que arrastran los profesionales de hospitales y residencias que han visto multiplicado su trabajo en el último año, a la vez que afrontaban decisiones muy duras.

Los profesionales de Sanitas no han sido menos. Como parte de la primera línea de lucha contra la COVID-19, han vivido experiencias traumáticas que nunca olvidarán, pero también ponen en valor los sentimientos de compañerismo, lucha y superación en los peores meses de la pandemia.  “El día de mi cumpleaños, el 29 de marzo, estaba muy triste porque no podíamos salir, pero todo el personal me cantó el cumpleaños feliz y me bajaron a la terraza, donde a las ocho, junto a los aplausos, todos los vecinos desde sus ventanas me gritaron y aplaudieron. Gracias al trabajo de todo el personal y su cariño, ha sido algo más sencillo estar separada de mi familia”, señala Teresa Hernández Andrés, residente de 95 años del centro residencial Sanitas Arturo Soria en Madrid.

Por su parte, Marta Penido, directora de la residencia Sanitas Vigo, explica que  “inicialmente creíamos que iba a ser temporal y que volveríamos a la normalidad en un corto espacio de tiempo. No obstante, en tiempo récord tuvimos que modificar nuestros protocolos de cuidados y nuestros equipos de protección individual”.

Lidia Bataller, terapeuta y coordinadora de Cuidados de la residencia Sanitas Consell de Cent en Barcelona, cuenta que “la unión entre compañeros y la organización fue muy importante. También cabe decir que hemos hecho mucha contención emocional, especialmente en aquellas personas que cognitivamente estaban bien. Ha sido un año muy duro para ellos, sin apenas ver a sus familiares más que por las videollamadas que realizábamos con ellos, y nosotros hemos sido un punto de apoyo para ayudarles a sobrellevar la situación”.

La lucha contra la COVID en los centros hospitalarios

Los hospitales han sido, y aún son, los centros neurálgicos de la batalla más dura contra el virus. Sus profesionales trabajan sin descanso desde el inicio de la pandemia con un objetivo claro, salvar vidas. Independientemente de su especialización, los profesionales de los hospitales de Sanitas han trabajado en equipo, para poder contribuir al freno de la pandemia. Soledad Navarro, jefa de Urgencias del Hospital Virgen del Mar, detalla: “mi vivencia ha sido como médico y paciente. En diciembre me contagié y pasé las navidades hospitalizada. Fue entonces cuando conocí la verdadera pandemia, la incertidumbre de cómo acabaría para mí la enfermedad, trabajar en el hospital me había enseñado que el curso de la enfermedad en muchas ocasiones es tan errático que no sabes cómo evolucionará. El final fue feliz para mí, comprendes muchas cosas que te cuentan los pacientes y la preocupación de los familiares y es ahí donde tenemos que seguir apostando por la seguridad y calidad de atención en nuestros pacientes”.

Los centros de Sanitas multiplicaron por dos sus plazas de UCI y aumentaron en un 60% sus camas hospitalarias, para lo que se desplegaron dos hospitales de campaña aledaños a sus centros de La Moraleja y La Zarzuela en Madrid. Olga Bravo, jefa de Medicina Interna del Hospital Universitario Sanitas la Moraleja, reflexiona: “la pandemia ha venido cargada de incertidumbre, acompañada de un sentimiento de impotencia, pero mitigado por el apoyo y colaboración de todos los compañeros. Esta situación, a la que nunca antes se había enfrentado mi generación, ha contribuido a fortalecer mi vocación de servicio y me ha permitido comprobar que estamos entrando en una nueva etapa en la relación entre médico y paciente”.

Sanitas cuenta con 200 clínicas dentales en toda España, 41 de ellas se mantuvieron abiertas con el objetivo de tratar urgencias bucodentales que permitiesen descongestionar los hospitales. Además, la compañía puso en marcha su servicio de videoconsulta dental que permitió a los pacientes resolver sus consultas sin necesidad de salir de sus domicilios.

Personal voluntario para colaborar en hospitales y en centros residenciales

La compañía promovió una acción de voluntariado a través del cual trabajadores cuya actividad se había visto reducida, como los compañeros de las clínicas dentales no abiertas, colaboraban en residencias y hospitales, los centros que sufrían una actividad frenética durante la primera hora.

Ana Blanco, directora de la clínica dental Sanitas Los Remedios en Sevilla, colaboró en el centro residencial Sanitas Carabanchel: “mis abuelas fueron mi fuente de inspiración y avivaron mis ganas de ayudar a los compañeros de residencias. Los mayores son un ejemplo de lucha y sacrificio y han contribuido a que tengamos más facilidades en el mundo actual. En la residencia conocí a un equipo maravilloso, que luchaba por los residentes, y por mantener informados a sus familiares. El 2020 nos ha dado una lección de vida, nos ha enseñado que se puede sonreír con los ojos, y que lo que siempre prevalece son los valores humanos.”

La vacuna

Tras los peores momentos de la pandemia, todos los centros sanitarios de Sanitas, las clínicas dentales, las residencias, las clínicas, se adaptaron para convertirse en entornos seguros contra la COVID con el establecimiento de estrictas normas de seguridad clínica. Pero un año después, la llegada de la vacuna significa un nuevo comienzo. Teresa, residente de Sanitas Arturo Soria, fue la primera que recibió tanto la primera como la segunda dosis en su residencia. “Lo hice para motivar a todos, hemos sido unos campeones, ahora todo este esfuerzo empieza a dar frutos, la semana pasada salí a pasar el día con mi hijo”.

Lidia Bataller, de la residencia Sanitas Consell de Cent, recuerda que “fuimos la primera residencia en Barcelona en iniciar el proceso de vacunación. Todos la hemos esperado encarecidamente y ese día fue una alegría para todos. De hecho, una residente me dijo que era el segundo mejor día de su vida”.

Consecuencias de la COVID en la salud y bienestar emocional

María García, psicóloga de BluaU, destaca que “debido a la crisis provocada se está hablando de salud mental más que nunca, se ha comprobado el alto impacto en la salud de las personas y en su calidad de vida y por eso muchas personas han empezado a prestar más atención y cuidado a su bienestar emocional. No obstante, pasado un año, nos encontramos con la casuística de personas, que han empezado a notar un cansancio y fatiga que les cuenta manejar, asociado a la ansiedad, el estrés, etc. Afortunadamente, todos los profesionales de la salud mental estamos aquí para dar apoyo y garantizar que nadie se quede sin él.”

 En Sanitas desde los primeros días de la crisis se habilitó un servicio de atención psicológica para todos los profesionales de la compañía que se encontraban en primera línea de la gestión. Además, los servicios de Psicología de los hospitales universitarios Sanitas La Moraleja y La Zarzuela y de los hospitales Sanitas CIMA y Virgen del Mar, prestaron atención a todos los profesionales de los centros.

Los hospitales, residencias, clínicas dentales, centros bienestar, y servicios de atención al cliente –destacan en Sanitas- funcionan actualmente con toda la normalidad que la situación permite. Todos ellos se han enfrentado a un reto profesional y personal desconocido que, gracias al trabajo en equipo, profesionalidad, y vocación han enfrentado preparados para contribuir al freno de la pandemia de COVID-19.

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