Laura Ibarra es autora de ‘Diario de una campesina’, que recopila las vivencias en la huerta y que relata cada semana a sus clientas
Redacción 17-6-2021
“Yo no os suelo escribir desde la rabia. Yo suelo contaros cosas bonitas como que nuestro tractorcito verde ahora se llama Va-lentín, que Blas el perro ya no persigue mi furgoneta cuando marcho del pueblo o que a la burra Maricarmen le crecieron las tetas y le queda menos para parir, y este año seguro que es una burrina preciosa zamorana pura.
No os cuento que eso que llaman brecha digital es inverso a la brecha cultural del desconocimiento urbano de la realidad rural, y que esas brechas no solo nos des-unen sino que forman parte de una estrategia de control y de poder en la que al final todas nos quedamos fuera. No os cuento de las frustraciones de los trámites burocráticos de certificados y procedimientos y otras esdrújulas y palabras difícilmente comprensibles con las manos y la piel. Tampoco os hablo de la ausencia de cuidado emocional de las personas enfermas y asustadas en los protocolos sanitarios como si las emociones no tuvieran relación alguna con las enfermedades y los síntomas (…)Pero no puedo olvidarme de quien soy, y soy tan solo y sobre todo una mujer con los pies descalzos en la tierra, que sangra y que llora y a veces grita, y que en mí habita una diosa terrible de pelos erizados a la que le salen ocho brazos y relámpagos en los ojos y que soy capaz de destruir a mi paso mi vida entera para construir una nueva, con toda la fuerza y el fuego de mi corazón, el agua que mana desde mis entrañas y el viento que me desordena por dentro para poder reordenarme cuando yo quiera, o cuando pueda, que prisa no hay ninguna, que la tierra está labrada y tengo semillas y planteles, y que la primavera está en su apogeo y ya asoma el fuego del verano. Creo que este año voy a dejar crecer mi melena. Os espero aquí, arriba, en la montaña”. Así relata semanalmente a sus clientas lo que ocurre en donde vive Laura Ibarra, una agricultora ecológica que cultiva y cosecha en el valle de Zoreda (Asturias).
Laura ha recopilado por meses esas largas misivas que acompañan al listado de los productos de la huerta que cada semana tiene disponibles para el reparto que realiza en Pola de Lena, Mieres y Oviedo. En ‘Diario de una campesina’ (editorial Tierra de Sueños), cuenta con detalle sus vivencias en el campo y al frente de Haba Garden, como se llama su huerta.
Laura empezó con un perfil en Facebook y todas las semanas escribe a sus clientas con lo que hay disponible, “pero llegó un momento en que me resultaba demasiado anónimo. Vivo un poco aislada y el contacto con mis clientas es muy importante para mí, así que empecé a escribirles como una especie de carta», explica.
“Últimamente se acerca gente con ganas de empezar a vivir en la zona, que buscan casa, pero encontrar un lugar no es fácil. Te puedes quedar en el campo yendo a trabajar a la ciudad. Hay muchísimas más posibilidades, el campo tiene menos gastos”, explica Laura.
“Sin la mujer en el campo el hombre nunca hubiera podido ir a la mina ni a la fábrica ni dar la nota en los bares cantando tonada (…) La importancia de la labor de la mujer en el rural es tan obvia que no necesita de firma ni de protagonismo” Y sin protagonismo, la mujer campesina cumple con su labor y detalla los productos que la tierra ofrece Y Laura prosigue con su diario de amor a la Tierra.