Un estudio realizado por la Fundación Siel Bleu y la Universidad del País Vasco (UPV / EHU) muestra las consecuencias del confinamiento y de la interrupción de las actividades habituales
Redacción 29-11-2021
Una publicación reciente realizada por la Fundación Siel Bleu y la Universidad del País Vasco (UPV / EHU) muestra las consecuencias del confinamiento y de la interrupción de las actividades habituales sobre la salud física y psicoafectiva de las personas mayores y hace hincapié en la necesidad de promover el ejercicio físico desde el ámbito municipal.
La pandemia Covid-19 y las estrategias para frenar la transmisión del virus llevadas a cabo en España, provocaron un cambio radical en los estilos de vida, reduciendo los niveles de actividad física e interacción social.
Además, la mayor vulnerabilidad de las personas mayores frente a esta enfermedad provocó que se llevaran a cabo medidas preventivas más restrictivas en este grupo poblacional: se limitaron las visitas de familiares y se cerraron muchas organizaciones comunitarias, suspendiendo sus actividades.
Los cambios en los estilos de vida mencionados anteriormente pueden producir efectos negativos en la salud física y mental de las personas mayores, especialmente en aquellas con enfermedades crónicas, discapacidades y/o síndromes geriátricos. Por un lado, la reducción de los niveles de actividad física acelera el deterioro físico y puede aumentar el riesgo de desarrollar comorbilidades. Además, entre las personas mayores la reducción de la función muscular es un
factor de riesgo de mortalidad independiente de otras causas. Por otro lado, las restricciones en las interacciones sociales y el miedo a la pandemia pueden causar el aumento de los niveles de ansiedad, depresión y sensación de soledad.
Empeoramiento calidad de vida
El citado estudio ha seguido a varias personas mayores que participaban en un programa de ejercicio físico multicomponente desde octubre del 2018 hasta octubre del 2020. Por lo tanto, ha permitido mostrar las consecuencias de la pandemia y de la interrupción de las actividades en su salud física y psicoafectiva.
En enero de 2020, cuando se hizo la última medición antes del confinamiento, los participantes llevaban 4 meses realizando de forma continua el programa de ejercicio físico multicomponente.
La mayoría de los parámetros empeoraron gravemente después de los 7 meses de interrupción del programa (de marzo de 2020 a octubre de 2020) provocada por la pandemia Más allá de los indicadores de capacidad física (SPPB) y psicoafectivos, el estudio mostró, entre otros, el empeoramiento de la calidad de vida percibida (EQ) y del sentimiento de soledad (UCLA).
El estudio demostró que un programa de ejercicio físico multicomponente produce claros beneficios en la salud física y psicoafectiva de las personas mayores, y que la interrupción de estos programas puede provocar un impacto negativo en la salud física y psicoafectiva de este grupo poblacional. Estos resultados destacan la necesidad de mantener los programas de ejercicio físico o de facilitar la realización de actividad física para reducir el comportamiento sedentario en las personas mayores, particularmente en situaciones como la pandemia de CoVid-19.