Javier Yanguas, director científico del Programa de Mayores de la Fundación «la Caixa» define la vejez como heterogeneidad y sostiene que la cohesión social es fundamental para favorecer el futuro de las próximas generaciones
Redacción 15-6-2022
Carlos San Juan, médico jubilado impulsor de la iniciativa ‘Soy mayor, no idiota’ para una mejor atención del sector de la banca a las personas mayores, defiende que “la Administración pública es otro de los sectores que debe tomar medidas que protejan a los mayores. Yo creo que hay un grupo de mayores que necesariamente tiene que permanecer
en una burbuja analógica. Es imposible que puedan adaptarse a la digitalización”, ha asegurado en una entrevista con Manuel Campo Vidal durante la segunda jornada del V Encuentro de Economía Senior, celebrado este miércoles 15 de junio.
“La digitalización no solo es conocimiento, sino que también puede ser muy compleja y requiere de teléfonos inteligentes o dispositivos sofisticados. En este sentido, tenemos que pensar que, dentro del colectivo de mayores, –concretamente mayores de 75 años–, hay un 40% de personas a las que les cuesta llegar a final de mes en España. ¿Cómo vamos a pedir a
estas personas que tengan internet o teléfonos inteligentes? Además, no tienen la formación adecuada. Yo he sido testigo de que muchos ponen voluntad a la hora de aprender; pero, a los cinco minutos se les olvida, porque la capacidad cognitiva disminuye sorprendentemente, y eso debe tenerse en cuenta”, ha añadido.
Para hacer frente a la brecha digital en este sector, San Juan recomienda a la Administración pública establecer una vía rápida enfocada a los mayores que sí pueden adaptarse a las nuevas tecnologías, pero mantener otra vía más lenta para aquellos a quienes cueste más y, finalmente, proteger a los mayores que por sus capacidades o por falta de recursos no pueden tener los servicios digitales como única opción. Necesitan una “burbuja analógica” como alternativa.
A pesar de esto, Carlos San Juan asegura que algunas autoridades como Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, o el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero; le han garantizado que “están intentando simplificarlo, creando líneas directas para que las personas mayores puedan pedir cita sin tener que pasar por ese calvario de digitalización. Están en ello.”
Más representación
Además, el activista ha defendido que los mayores exigen “ser visibles. Tener un órgano de diálogo. Necesitamos que se hable de aspectos que nos afecten, ya que solo oímos lo gravosos que somos con las pensiones o con los medicamentos porque consumimos muchos fármacos.
Llama la atención que a nivel gubernamental no haya ninguna representación de mayores”. Por tanto, San Juan reclama que, al igual que existe un instituto de la juventud, que haya, por una parte, representación a nivel de gobierno y, por otra, “una entidad apolítica con una representación que recogiera el interés de todas las personas mayores” debido a que,
“somos muchas asociaciones, todas encomiables, pero cada una con sus matices de intereses y, cuando se quiere llegar a dialogar, existen diferencias en las peticiones de cada una. A mí me encantaría que todo eso convergiera en una única entidad”, señala.
Por otra parte, en esta segunda sesión también han participado especialistas como Javier Yanguas, director científico del Programa de Mayores de la Fundación «la Caixa»; y Sacramento Pinazo‐Hernandis, presidenta de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de la Comunidad Valenciana, protagonizando un diálogo presentado por Benigno Lacort, consejero delegado de Atenzia y director del encuentro.
En esta conversación, los expertos han dialogado sobre el nuevo y diverso perfil de los seniors, sus nuevas expectativas y la responsabilidad del conjunto de la sociedad para lograr un envejecimiento digno y autónomo. “La vejez es heterogeneidad. A medida que vivimos más, no solo pasa más tiempo, sino que el ciclo vital se va haciendo más complejo, más heterogéneo. Por lo tanto, para mí cada vez es más difícil encontrar una definición para la vejez. Encajar durante 30 años en una misma definición nos parecería a todos absurdo considerando las diferentes etapas que atravesamos de mayores. Me parece curioso que seamos capaces de detectar tantas diferencias cuando uno es niño o joven y que tengamos tanta incapacidad para ver esas diferencias cuando uno es mayor, sabiendo que existen”, sostiene Yanguas.
La vejez es heterogeneidad
Asimismo, Javier Yanguas considera que esto no es solo un problema de los mayores. “Desde la geriatría y la gerontología creo que necesitamos alzar la mirada y decir: ‘No solo está en juego un sector concreto de la población, sino la cohesión social, y necesitamos mirar el futuro de las decisiones actuales y comprometer también a otras generaciones”.
En referencia a esto último, el director científico del Programa de Mayores de la Obra Social ‘la Caixa’ indica que “hay un desafío de la complejidad, la cohesión y de la integración de las personas en esta sociedad y creo que tenemos que ir hacia esa ansiada interdependencia. Para eso, considero que no podemos tomar medidas concretas, sino que, además de los derechos y reconocimiento de los mayores, necesitamos nuevas formas de pensar, nuevos valores y una nueva gobernanza.”
En esta misma línea, Sacramento Pinazo-Hernandis afirma que “nos falta dignificar más la vejez, hablar mucho más de los derechos de las personas y reconocer las necesidades distintas, sus proyectos de vida, sus propósitos… Se trata de vivir más años con la mejor calidad de vida y bienestar posible. Debemos pensar en las diferentes maneras de envejecer, en la necesidad de que los mayores tengan derecho a decidir libremente cómo quieren ser cuidados. Y aún estamos lejos de conseguirlo”.
La política debe adaptarse a los nuevos seniors
Por último, Sacramento Pinazo‐Hernandis defiende que “la política deberá adaptarse a esos cuidados que serán necesarios en el tiempo y a esas personas que envejecen. Los baby boomers necesitaremos otros centros, más servicios que se adapten a nuestra manera de vivir, que se acerquen a nuestros domicilios… Tenemos mucho por hacer y estamos ya en 2022, es decir, al horizonte 2030, ya no llegamos. La vejez no solo es un asunto de asuntos sociales, es de vivienda, economía, sanidad… Tiene que haber una coordinación política para buscar cómo se puede favorecer el envejecer de las personas. Y no nos olvidemos de la educación: tenemos que enseñar desde pequeños a los niños que el cuidado forma parte de la vida. Enseñarles que necesitamos el cuidado, que somos cuidados y que seremos cuidadores”.