La organización considera que los sectores con un trabajo más duro físicamente
deberían mantener un régimen propio
Redacción 22-1-2024
La Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) ve contradictorio el retraso de la edad de jubilación a los 66 años y seis meses, que entra en vigor este mes de enero, y la elevada tasa de paro entre los mayores de 50 años. Además, la organización ha insistido en la necesidad de que la jubilación sea flexible, especialmente en determinados sectores que conlleven duras condiciones de trabajo, para
los que pide un régimen propio.
La presidenta de CEOMA, Sabina Camacho, ha reclamado que “se suprima definitivamente” la obligatoriedad de jubilarse a una edad fija y que esa edad “sea solo la fecha en la que se podrá recibir el 100% de la pensión que le corresponda siempre que se cumplan las demás condiciones del sistema”.
Camacho se ha referido también al hecho de que, en la actualidad, los mayores de 50 años representen el 30,2% del total de demandantes de empleo, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE. En este sentido, ha señalado la necesidad de que “se integre a estas personas en la vida laboral para poder llegar a la jubilación”. “En un mundo laboral en el que las empresas consideran mayores a las personas de más de 50 años es difícil llegar a la edad de jubilación”, ha recalcado. En esta línea, ha apuntado que “no podemos pedir que las personas se jubilen más tarde si no les ofrecemos empleo a partir de los 50”.
Aportación de las personas veteranas
Además, la presidenta de CEOMA ha destacado la aportación de las personas veteranas al mercado laboral y cómo “estas cualidades redundan en beneficio de la empresa y contribuyen a su desarrollo económico”.
Por ello, Camacho ha apostado por que se impulsen medidas que fomenten la continuidad de
la vida activa, como la creación de planes de carrera que fomenten este fenómeno vital, la promoción de la formación a lo largo de la vida, fijar criterios de flexibilidad organizativa o potenciar la transmisión del conocimiento.
Según la presidenta de CEOMA, al margen de la economía, fomentar la vida activa “es necesario socialmente y ayuda a reducir los costes socio-sanitarios y a prevenir la dependencia”.