La Guardia Civil advierte sobre este fraude, que se aprovecha de la vulnerabilidad de las personas mayores
Redacción 16-10-2024
Al igual que también ha hecho la Policía Nacional, la Guardia Civil ha lanzado otra alerta a la ciudadanía sobre la nueva estafa telefónica que afecta a los usuarios del botón de la teleasistencia, conocido como ‘botón rojo’.
Este tipo de fraude, como ya había advertido la Policía Nacional en su momento, se aprovecha de la vulnerabilidad de las personas mayores, que suelen utilizar este tipo de dispositivos para pedir ayuda en situaciones de emergencia.
En el caso de los dos cuerpos, se han empleado los canales de comunicación de las redes sociales para hacerse eco de esta estafa y advertir rápidamente a la población, estacando la importancia de mantener una interlocución directa y rápida de la ciudadanía a través de estos medios.
Ayuda para prevenir delitos o estafas
Las redes han pasado a ser una de las herramientas fundamentales para la Administración a la hora de alertar al público e informar sobre posibles riesgos, peligros, fraudes o cualquier tipo de trámite que se debe realizar a través de las entidades públicas.
Plataformas como TikTok o X (antiguo Twitter) se han convertido en la forma inmediata que tienen tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil para alcanzar a millones de usuarios, dando avisos que pueden prevenir ayudar a la población a prevenir delitos o estafas en tiempo real.
En concreto, la conocida como estafa del ‘botón rojo’ ha sido uno de los principales objetivos de las advertencias tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, porque afecta principalmente a personas mayores, que son las principales usuarias de este servicio que gestionan organizaciones como la Cruz Roja o las consejerías de sanidad.
Esta estafa consiste en que los delincuentes se hagan pasar por los gestores de servicios de teleasistencia cuando llaman por teléfono: así, contactan con las víctimas y les dicen que a partir de ahora el servicio que solía ser gratuito comenzará a tener un coste. Después, pasan a pedirles los datos personales y bancarios para ordenar el cobro de esta supuesta «tarifa».