Redacción 29-5-2018
El sector de los cuidados a personas mayores dependientes se sitúa en España en un marco complejo. El auge de personas en esa situación y el contexto económico han provocado que el acceso a unos servicios de calidad sea, , a cuanto menos, complicado.
Es bajo esta premisa cuando iniciativas como la startup Wayalia se presentan como “imprescindibles” para muchas familias, destacan desde Wayalia . “El escaso alcance de las ayudas públicas, amparadas en la Ley de Dependencia, acrecientan esta situación y remarcan la necesidad de alternativas”.
Desde la startup informan que “la asistencia domiciliaria tiene que ser un derecho al que cualquier persona pueda tener acceso. Lamentablemente las ayudas públicas son muy limitadas y, en la mayoría de los casos, insuficientes. Año tras año, miles de familias en toda España se han quedado desatendidas, sin que nadie se haya tomado la molestia de encontrar una solución”
Con esta misión, la de dar respuestas con propuestas flexibles y personalizadas, la startup ha lanzado diversas modalidades, totalmente innovadoras en España, entre las que destaca Social Care (cuidador social). Un servicio “imprescindible, que se basa en la idea de compartir la vivienda con una persona competente dispuesta a ayudar, para poder garantizar una vejez accesible y digna en el hogar”, informa Wayalia.
La iniciativa se encuadra en una razón social, una relación “mutuamente beneficiosa, tanto para la persona mayor, como para el cuidador”, cuidador que se convierte –destaca la startup- en “algo más que un asistente, será un compañero de piso, que verá recompensado su esfuerzo con un hogar y un futuro mejor. Y el mayor, a su vez, recibirá una asistencia de calidad de forma ininterrumpida, a un precio mucho más accesible que el de una cuidadora interna o una residencia. Una propuesta totalmente transgresora ofrecida por Wayalia en España, que además, complementa el servicio con una cobertura total, para hacer frente a cualquier imprevisto”.
Como se defiende desde la startup, envejecer dignamente es un derecho para todos. Y por ello, “se esfuerzan en cumplir los deseos y necesidades de una parte muy importante de la sociedad, agilizando el proceso y haciéndolo mucho más accesible. Otra forma de envejecer es posible y ésta, ya no depende de su bolsillo”.