El proyecto ‘Envejecimiento cerebral saludable’ se lleva a cabo desde la Unidad de Parkinson del Hospital Clínic de Barcelona
Redacción 22-9-2022
Cuando hablamos del envejecimiento cerebral son muchas las enfermedades que nos invaden el pensamiento. Dentro de las llamadas enfermedades neurodegenerativas, el alzhéimer es una de las más frecuentes. A este grupo se añade el Parkinson, otra enfermedad que actualmente afecta a una gran cantidad de población y que se caracteriza por temblor y problemas de movilidad a los que se asocian síntomas no motores. A día de hoy, el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más extendida del mundo, después de la enfermedad del alzhéimer. En la actualidad, el Parkinson está afectando a unas 140.000 personas en España y con el envejecimiento de la población se prevé un aumento significativo de la cifra en los próximos años.
La enfermedad del Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo de progresión paulatina que afecta al sistema nervioso central. Aparece cuando el 50-70 % de las células productoras de dopamina (neuronas) han reducido su capacidad de producir este neurotrasmisor. Generalmente, la muerte de neuronas se inicia muchos años antes de que aparezcan los primeros síntomas indicadores. Aunque el más reconocido es el temblor, la enfermedad se asocia a muchos otros síntomas. (El enlentecimiento motor, la rigidez o bradicinesia y el temblor) Los síntomas motores clásicos son Síntomas no motores incluyen perdida de olfato, pesadillas nocturnas violentas, dolor, fallos de memoria, depresión y ansiedad.
Las investigaciones realizadas hasta la fecha, sugieren que problemas como la ansiedad, la depresión, la perdida de olfato y los trastornos del sueño, pueden aparecer hasta 20 años antes de que se manifiesten los síntomas motores que llevaran al diagnóstico de la enfermedad. Es probable, sin embargo, que muchas personas, a medida que envejecen, presenten alguno de estos síntomas no motores, sin que luego desarrollen una enfermedad neurodegenerativa.
El diagnóstico de la enfermedad del Parkinson, se realiza por historia clínica y exploración física que pone de manifiesto los síntomas motores cardinales. Algunas pruebas como las de imagen cerebral pueden ayudar a su diagnóstico. A día de hoy no existe un tratamiento curativo para las enfermedades neurodegenerativas y los factores desencadenantes son a menudo desconocidos.
Un proyecto para anticiparse el Parkinson
‘Envejecimiento cerebral saludable’ o HeBA (por sus siglas en inglés, Healthy Brain Aging) es un proyecto que se lleva a cabo desde la Unidad de Parkinson del Hospital Clínic de Barcelona en colaboración con otros centros de investigación europeos
El objetivo principal del estudio es identificar a las personas con un alto riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson para poder así instaurar una terapia lo antes posible anticipándose incluso a la aparición de los síntomas motores de la enfermedad.
Uno de los motivos por los que no existe una cura para la mayoría de enfermedades neurodegenerativas se debe a que cuando se diagnostican han fallecido ya una gran parte de las células nerviosas del cerebro de manera irremediable. En la enfermedad de Parkinson, por ejemplo, el 50-70 % de las neuronas productoras de dopamina se han perdido ya en el momento en que se realiza el diagnóstico, por regla general, tras la aparición de trastornos del movimiento. La muerte de las células se inicia muchos años antes de que aparezcan los primeros síntomas indicadores.
Conocedores de que no somos capaces de llegar a un diagnóstico preciso en la fase temprana de las enfermedades neurodegenerativas, Envejecimiento Cerebral Saludable busca detectar a los individuos afectados de manera pre clínica, para así estar más cerca del gran objetivo de ralentizar, detener o incluso revertir el proceso de la enfermedad.
Aún se sabe muy poco sobre esta fase tan temprana de las enfermedades y con este estudio se busca obtener información sobre estos momentos iniciales. Si se pudiera detectar a los individuos afectados de manera temprana, se estaría más cerca del gran objetivo antes mencionado: ralentizar, detener o incluso revertir el proceso de la enfermedad.
Este novedoso estudio destaca por ser prácticamente 100% digital. Los participantes no tienen que salir de sus casas para participar y los profesionales pueden evaluar la información de forma rápida, económica y eficaz. Para obtener la información deseada, los investigadores utilizan una combinación de cuestionarios sencillos que se realizan online. Las preguntas de la encuesta captan factores que están asociados a un mayor riesgo de padecer una enfermedad neurodegenerativa como el Parkinson.
De todos los participantes que hayan completado el cuestionario, los investigadores se pondrán en contacto con un máximo de 2.600 participantes y les preguntarán si estarían dispuestos a realizar una prueba olfativa en casa. Así, se iniciaría una segunda fase del estudio, con el fin de analizar otros factores que el cuestionario no puede evaluar.
Si los primeros análisis de los datos globales aportan resultados prometedores, está previsto seguir con el estudio. En este caso, se les pedirá a los participantes que repitan el cuestionario online anualmente.
Dónde hacer la encuesta: https://www.cervellsaludable.cat/es/
Promotor: La Fundación Michael J Fox para la investigación del Parkinson
Investigadora principal: Dra. Maria Jose Martí, Hospital Clínic de Barcelona
¿Quién puede participar en el estudio?: personas neurológicamente sanas de entre 50 y 80 años que tengan acceso a Internet. Las personas con familiares diagnosticados de enfermedades neurodegenerativas de la vejez también pueden participar.
Quién no puede participar en el estudio?: Personas diagnosticadas de una enfermedad neurodegenerativa como la enfermedad de Parkinson o de alzhéimer u otros trastornos neurológicos del movimiento, demencia, derrame cerebral o esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Personas que estén tomando medicamentos que pueden aumentar o desencadenar los síntomas de una enfermedad neurodegenerativa.
Objetivo: conseguir por lo menos 10.000 respuestas al cuestionario, que servirán para obtener información de las fases más iniciales de la enfermedad. Si llegan a detectar a aquellos sujetos afectados de manera muy temprana, se estaría más cerca del gran objetivo de ralentizar, detener o incluso invertir el proceso de la enfermedad.