ASCEGE organiza en Oviedo las VII Jornadas de Humanización bajo el lema “Retos y oportunidades de la atención”, con la participación de la Consejería de Bienestar y representantes empresariales
Redacción 22-11-2024
El Salón de Actos del Edificio Administrativo de Servicios Múltiples del Principado de Asturias se quedó pequeño el 21 de noviembre ante la afluencia de asistentes a las VII Jornadas de Humanización organizadas por ASCEGE (Asociación de Centros Geriátricos del Principado de Asturias). Bajo el título “Retos y oportunidades de la atención”, la jornada acogió tres interesantes mesas redondas en las que sus ponentes analizaron distintos aspectos sociales y económicos relacionados con la atención a personas mayores y dependientes, con la colaboración de la Consejería de Derechos Sociales, la Cámara de Comercio de Oviedo y FADE. Para Leonardo Díaz, presidente de ASCEGE, uno de los principales retos del sector es aumentar la financiación, especialmente para mejorar las prestaciones de quienes quieren acceder a un centro residencial así como en el avance en la colaboración pública/privada para garantizar la calidad y sostenibilidad de un sistema de cuidados en Asturias.
La consejera de Derechos Sociales, Marta del Arco, encargada de inaugurar el acto, destacó los 24 años de andadura de ASCEGE, que cuenta con la acreditación oficial de la administración pública, lo que supone para Del Arco, “que ASCEGE sea un referente en cuanto a calidad en el ámbito sociosanitario de nuestra región que con el paso del tiempo amplía su ámbito de actuación”. La consejera recalcó además la gran red de recursos, iniciativas, acciones y estrategias públicas para personas dependientes que tiene el Principado de Asturias, destacando la estrategia CuidAs, que reúne actividades y terapias con el objetivo de respetar la condición de persona adulta, fomentar la participación y humanizar la atención a las personas dependientes.
Respecto a los retos por delante, Del Arco indicó que su consejería está avanzando en la digitalización, otro de los aspectos que ASCEGE considera imprescindible mejorar. En su participación en la primera mesa redonda de la jornada, Del Arco destacó el reto de la digitalización que el sector tiene por delante, además de asegurar que en el 2025 se llevará a cabo la actualización de la regulación de las normativas del sector para acoger y dar cabida a nuevas realidades.
Personal cualificado
Por su parte, en la primera mesa de la jornada titulada “Silver Economy”, el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, José Manuel Ferreira, resaltó la labor que se lleva a cabo desde el Laboratorio para la creación del Centro de Competencia para la Economía del Cuidado de Larga Duración y el Envejecimiento Activo (CECOEC) , proyecto que se enmarca en el Convenio de Colaboración entre el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y el Principado de Asturias. Señaló asimismo el gran éxito del Cluster de empresas del sector que se está creando en colaboración con la Agencia Sekuens, que se presentará próximamente y que cuenta ya en estos momentos con 42 empresas participantes. La presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), María Calvo, puso por su parte el foco en la necesidad de aumentar la formación para los trabajadores del sector. Dado que hay actualmente 15.000 trabajadores y se prevé que en el futuro se necesitarán unos 30.000, Calvo insistió en la necesidad de potenciar planes educativos que incluyan la Formación Profesional, para dotar a los centros de personal cualificado que ofrezca un servicio de calidad.
En la mesa “Planes de atención y vida”, la coordinadora técnica de la Estrategia y Red CuidAs, Teresa Martínez Rodríguez, insistió en que el valor de las metodologías a la hora de hacer los llamados Planes de Vida, que indicó que deben estar enfocados en el pasado y el presente, pero también en el futuro, y que insistió deben ser una labor de equipo. Recordó asimismo la importancia de que sean las propias personas residentes las que tomen las decisiones anticipadas que les permitan tener una vejez o una etapa de cuidados de calidad, poniendo como ejemplo de buenas prácticas la guía que ha elaborado sobre este asunto la Diputación de Bizkaia. Por su parte, la directora de la residencia navarra Santo Domingo de Estella, Gemma Urralburu, apostó por personalizar esos planes de vida teniendo en cuenta los gustos personales de cada residente, adaptando por tanto la labor de los profesionales a los cambios que vayan surgiendo y poniendo la calidad y la atención individualizada como prioridades. Begoña Calvo Rodríguez, enfermera y miembro del Comité de Ética en intervención social del Principado de Asturias, insistió en que hay que hablar más sobre el final de la vida, que no situó solo en los últimos momentos, sino en el proceso anterior de envejecimiento y/o dependencia, que debe ser preparado por cada persona para que pueda tener una atención de calidad. Explicó que muchas personas padecen un sufrimiento existencial ante la muerte, de ahí que haya que insistir en la importancia de vivir y morir sano, atendiendo a circunstancias físicas, sociales, emocionales y espirituales. «Que mal llegamos al final de la vida», resaltó.
Interesante fue también la intervención del notario José Luis Fernández Lozano, coordinador del Foro Aequitas Discapacidad Asturias, que recordó que los notarios pueden acudir a las residencias si el usuario lo necesita, y explicó la importancia de los poderes preventivos para la preparación de las etapas finales de la vida cuando la persona tiene todas sus facultades, insistiendo en la necesidad de que esos poderes se otorguen siempre a personas de confianza y nunca a desconocidos. Por su parte, el abogado Eladio Javier Rico resaltó la Guarda de Hecho, como figura estelar de la Ley 8/21, y la cautela al plantear auxilio judicial cuando surge algún problema con las contenciones.
Fernando Laserna, fiscal decano de la sección territorial de Langreo, también destacó la Guarda de Hecho como una medida legal no judicial. Ahora, la ley establece un sistema de apoyos para ayudar de distintas maneras y en distintos grados, y ya no se puede incapacitar a ninguna persona. “La persona es lo primero”, concluyó.