El 29 de octubre, Día Mundial del Ictus
Redacción 28-10-2021
Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se producen más de 120.000 casos de ictus en nuestro país, de los cuales más de un tercio presentan secuelas graves. Entre los problemas más limitantes están los relacionados con la comunicación y la deglución. Por lo que el papel de los logopedas en la rehabilitación es fundamental para estos pacientes y sus familiares.
La logopeda especialista en neurorrehabilitación y colegiada del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), Pilar Raigal, advierte de que el 42 % de los pacientes con ictus sufre afasia, lo que significa que un alto porcentaje tienen problemas para comunicarse correctamente. “El ictus afecta a la capacidad de hablar, escribir y/o comprender el lenguaje tanto oral como escrito. Además, los pacientes con afasia pueden tener también trastornos del lenguaje asociados, como problemas del habla, la articulación y de la voz”, sostiene esta especialista.
El objetivo de la logopedia en estos casos es conseguir un modo de comunicación eficaz y productivo para los pacientes y sus familiares, ya sea a través de la recuperación del lenguaje o con el uso de sistemas alternativos o aumentativos de la comunicación. De este modo, se evita, en la medida de lo posible, que estas personas se aíslen comunicativamente y cursen con problemas de ansiedad, depresión y/o frustración.
Pilar Raigal subraya que la rehabilitación puede modificar el curso evolutivo del ictus y conseguir una reactivación neuronal, por lo que el inicio del tratamiento debería ser en la denominada “fase aguda”, consiguiendo una intervención precoz.
El logopeda será el encargado de diseñar los tratamientos tras la evaluación, y utilizar los recursos que considere necesario. Es importante que las actividades estén centradas en las personas, que sean motivadoras y que estén adaptadas a su entorno, para que la mejora sea más favorable.
También es clave la implicación de las familias para conocer qué está sucediendo y aprender a comunicarse con los pacientes de manera correcta.
Alimentación segura de los pacientes
Otra secuela muy importante en los pacientes que han sufrido un ictus es la disfagia, que sucede en un 37% de los casos. La disfagia es el problema o incapacidad para tragar alimentos líquidos y/o sólidos y puede provocar riesgo de neumonía aspiratoria (por asfixia) y desnutrición.
Los logopedas también son especialistas en esta área y trabajan la rehabilitación con el fin de conseguir una alimentación correcta y segura de los pacientes. Además, se encargan de asesorar a los familiares con nociones básicas sobre cómo cocinar los alimentos, qué texturas son las más adecuadas en cada caso y cómo deben darles de comer o acompañarlos en el proceso para evitar riesgos