El Principado tiene la tasa de actividad más baja de mayores de 55 años del país, pero la segunda más alta de ocupación, siendo la comunidad con más ciudadanos en este grupo de edad
Estrella González/29-7-2022
Asturias tiene la tasa de actividad más baja del país de mayores de 55 años, pese a contar con la segunda mejor tasa de ocupación para este colectivo y siendo la comunidad con el porcentaje más elevado de ciudadanos pertenecientes a ese grupo de edad, el 42’52%, cantidad que se acerca a la mitad de la población. Estas son algunas de las conclusiones del informe elaborado por la Fundación Mapfre sobre el Ranking de territorios por la economía sénior 2021,que cifra en un 22,93% la tasa de actividad de estos trabajadores en Asturias –es decir, la proporción de personas de esa cohorte que forma parte de la población activa–, muy por debajo de la media nacional, situada en el 27,55, y muy lejos de Madrid, que con un 31,80, presenta el mejor resultado.
Según este informe, la tasa de ocupación del Principado para este mismo colectivo es la segunda más elevada, con un 22,8, y aproximándose al 23 de Castilla y León. Curiosamente, la Comunidad de Madrid en este parámetro se haya por debajo de la media (19,30%) con sólo un 18,80.
En el Principado, esta baja tasa de actividad se relaciona en gran medida con los importantes procesos de prejubilación que se han registrado en la minería y la industria. Pero, además, Severino Menéndez, secretario de Empleo y Formación de CC.OO. de Asturias, recuerda que “el paro de larga y muy larga duración se ceba precisamente en este colectivo de edad. Ello hace que exista una escasa perspectiva de encontrar empleo y mueva a algunas personas a salirse del mercado laboral”.
Por su parte, la secretaria de Política Sindical de UGT Asturias, Mar Celemín, apunta también al hecho de “contar con una población altamente envejecida que destaca por este rasgo dentro del panorama nacional”, lo que influye negativamente en la ecuación. Añade también que el mercado laboral de la comunidad “arrastra, en general, entre sus desequilibrios estructurales, unos muy bajos niveles de actividad, resultado de una falta de dinamismo y falta de oportunidades que sufren tanto los más jóvenes, quienes recurren a la emigración laboral forzosa como la población de mayor edad”.
Para los colectivos de mayores, cada vez más organizados, esta situación no responde tanto a una falta de capacidad del mercado para reabsorberlos como a los prejuicios asociados a la edad que olvidan ventajas laborales tan evidentes como la experiencia y las competencias desarrolladas a lo largo del tiempo. “La discriminación por razón de edad alcanza cotas de crueldad”, asegura el presidente de Seniors Españoles para la Cooperación Técnica (Secot), en Asturias, Guillermo Díaz Bermejo, quien considera que “prescindir anticipadamente de los seniors es antisocial, antieconómico y anticientífico”.
En su opinión, la exclusión laboral a la que se enfrentan quienes han sobrepasado los 50-55 años no tiene una base lógica. “Es un contrasentido que por un lado nuestra sociedad se esfuerce alargar la vida de las personas, con buenas condiciones físicas y mentales, algo que se está consiguiendo, porque cada vez somos más longevos, y por otro, simultáneamente, colocamos a estos ciudadanos en un nivel de inferioridad”. Esta valoración coincide con la de algunas escuelas de negocios y fundaciones que destacan la paradoja de que una sociedad necesitada de mayor fuerza de trabajo a causa de la caída de la natalidad y ante la dificultad de garantizar el pago de las pensiones y asegurar el Estado de bienestar, relegue a los mayores a la inactividad, a pesar de constituir una bolsa grande y disponible de trabajo.
Un despropósito
En estas condiciones, la decisión de expulsar del mercado laboral a los trabajadores séniores “es un despropósito”, asegura Díaz Bermejo. Y es un despropósito, añade, “que se practica en muchas empresas, como es el caso de la banca, cuando deciden prejubilar a los empleados mayores de 55 años”.
Las organizaciones sindicales también llevan tiempo denunciando esta situación; y desde sus ámbitos de actuación, entre ellos los acuerdos de concertación regional que reúnen al Gobierno del Principado, la patronal Fade y los sindicatos UGT y CC.OO., vienen reclamando actuaciones para lograr la empleabilidad de este grupo de población.
“Desde CC.OO. vemos con preocupación las enormes dificultades con que se encuentran las personas de más de 50 años que han perdido su trabajo para volver a incorporarse a un nuevo empleo”, asegura Severino Menéndez. “Los motivos son varios, pero sin duda influyen en gran medida las necesidades de recualificación profesional de estas personas sumado a una endémica falta de empleos en nuestra región”.
Mar Celemín coincide con este análisis. “El acceso al mercado de trabajo para la población de mayor edad es sin duda más complicado y difícil, y se enfrentan a barreras imposibles de sortear en muchas ocasiones” y destaca la paradoja de ser un colectivo que incluye “una población que necesita de recualificación, sobre todo en competencias digitales” y, al mismo tiempo, “personas altamente cualificadas cuyas capacidades y conocimientos no están siendo aprovechados”
Programa 45+
Los empresarios tampoco son ajenos a este problema. Así, la Cámara de Comercio de Gijón lleva casi dos años desarrollando el programa 45+ , destinado a mejorar las competencias digitales de los mayores de esta edad y dirigidos, de modo gratuito, a personas desempleadas. Desde que se puso en marcha a finales de 2020 y hasta principios de este año, más de 250 personas adquirieron gracias a él una mejor capacitación para su inserción en el mercado laboral. El programa ofrece una acción directa a las personas sin empleo con 45 años o más, adaptada a sus capacidades para que obtengan la formación y cualificación necesarias que mejor se adapte a los requisitos de las empresas, de manera que todo ello conduzca a que encuentre un empleo.
Ignacio Martín Ruiz de Gauna, director del Área Programas y Servicios a Empresas, destaca el gran interés que ha despertado esta oferta formativa. “En cuanto les explicas con detalle el programa y la necesidad que tenemos todos de mejorar nuestras competencias digitales , comprenden lo oportuno de realizar estos cursos”. El programa incluye varios niveles en función del punto de partida del alumno, que se determina según los conocimientos previos y las expectativas, y le ofrece tres modelos: básico, intermedio y superior en competencias digitales.
Lo más importante, junto con los nuevos conocimientos, es la orientación laboral que todos los participantes reciben, desde la revisión de su currículo a la búsqueda activa de empleo, pasando por una mejor definición de sus intereses profesionales. Esto demuestra que la encrucijada laboral de los séniores también preocupa a la organización empresarial, como destaca Ruiz de Gauna: “Es un perfil que nos ocupa y en el que venimos trabajando especialmente desde hace tres años con unos resultados muy satisfactorios”. Pero, en su opinión, la situación del Principado no presenta dificultades añadidas a las el resto del país. “Más allá del problema que existe en Asturias con la tasa de población activa, no consideramos que la gente de este perfil que quiera trabajar tenga más o menos problema que en otras comunidades”, ha asegurado.